¿Qué es lo normal durante una relación sexual?
Todas estas preguntas se me plantean tanto en consulta, como por la red. Es algo que suele preocupar mucho a los usuarios. Saber si las prácticas que nos gustan o queremos probar son habituales para la mayoría o no, es algo que nos gusta saber antes de intentar llevarla/s a cabo. El no saber acerca de esto es la consecuencia de la poca información y educación sexual que recibimos a lo largo de nuestras vidas. No sabemos que está bien o mal, qué parecerá bien o no y cómo se recibirá lo que planteamos. Sobre todo, cómo debemos vivir nuestra sexualidad. Como sexóloga, diré que no hay una manera única de vivirla, ni unas prácticas correctas e incorrectas. En el sexo compartido, en la relación sexual, debe entrar en juego el respeto hacia uno mismo y el otro, la confianza, la comunicación y la sinceridad. Sin estos componentes es difícil tener una relación satisfactoria y a partir de ellos lo que queramos.
La sexualidad es el modo en que nos sentimos seres sexuados, manera en que nos comunicamos, nos relacionamos, nos sentimos y percibimos como tales. Está influenciada por aspectos biológicos, psicológicos, sociales, culturales, políticos…Se expresa en forma de fantasías, creencias, deseos y se experimenta en todo lo que somos, sentimos, pensamos y hacemos.
Es nuestra responsabilidad disfrutar del sexo y tenemos la capacidad de hacerlo. Ni que decir tiene que el primer paso para disfrutar con otros es saber disfrutar de uno mismo. Dicho esto, explico brevemente la importancia de los componentes mencionados anteriormente.
El respeto es fundamental para que se dé una relación de igualdad y satisfacción para ambos. Eso no quiere decir que no se puedan practicar relaciones con distintos roles y actuar en base a ellos (una relación masoquista, cumplir una fantasía de sumisión o dominación…) siempre y cuando ambos lo hayan pactado y ambos se sientan cómodos. En estas situaciones se suele elegir una palabra para señalar que no gusta la práctica y poder detenerla inmediatamente. Por ejemplo, si se está simulando una violación (práctica muy demandada por algunas mujeres), es normal que la persona que está siendo violada actúe como si no le gustase y emita mensajes como; basta, para, no me hagas esto… pero en el momento que diga la palabra pactada al inicio ha de detenerse la práctica. Así ambos saben cuándo no gusta lo que se está haciendo y hay que parar.
La confianza es algo importante para la apertura. Cada vez se observan más relaciones espontáneas, de personas que apenas o nada se conocen. Este tipo de relaciones tienen el estímulo novedad que tanto llama la atención al ser humano. Lo desconocido a veces nos resulta curioso y nos excita pensar qué podríamos encontrar. Pero el primer encuentro y sin conocer a la persona también tiene su parte negativa. La confianza nos facilita el abrirnos al otro, sentirnos cómodos ayuda a propiciar el encuentro y a ser más capaces de abandonarnos al placer. Las personas solemos hacernos al cuerpo de la pareja a los 12 encuentros con ella, es entonces cuando nos reconocemos corporalmente, reconocer la piel, olores, invita a una apertura mayor.
En cuanto a la comunicación, es imprescindible para disfrutar al máximo del encuentro sexual. Es muy común dar por hecho que el otro sabe lo que tiene que hacer y eso es un gran error. Cada persona es un mundo y cada uno disfruta a su modo. Por lo que debemos preguntar y guiar. He escuchado a mujeres quejarse de “malos polvos”, mi pregunta es, ¿hiciste algo para cambiarlo?. Si no comunicamos nuestros deseos, fantasías, preferencias…difícilmente estos se harán realidad. La sinceridad viene en la comunicación, hay prácticas que se ven mal socialmente y quizás ambos se queden sin hacerla por prejuicios aunque en el fondo les guste…¿por qué? Siempre que haya respeto, confianza, acuerdo entre ambos, ¿por qué no llevar a cabo algo que nos guste?, ¿por qué ese miedo a proponerlo?
Cumpliendo con todo lo mencionado anteriormente os animo a investigar, explorar, y pasar de las ideas preconcebidas, el sexo es muy amplio, tiene un abanico inmenso de posibilidades, ¿por qué quedarnos en sólo unas pocas?