Conocerse y aceptarse corporalmente para disfrutar de nuestra sexualidad
Todos los cuerpos son hermosos. No importan ni la edad, ni los kilos, ni las arrugas, cuando se es capaz de vivir y transmitir la autoestima en un marco de respeto, autonomía, placer y libertad.
¿Te gusta tu cuerpo? ¿Le sacas todo el partido posible? Descubrir qué tiene de especial nuestro cuerpo, aceptarlo como es, cuidarlo, y quererlo es fundamental para disfrutar de una sexualidad placentera. Crecer sexualmente nos ayuda a la vez a mejorar nuestra autoestima global y nuestro concepto del propio cuerpo.
Para muchas personas en nuestra cultura, cualquier manifestación placentera que realicemos con el cuerpo desnudo es juzgada como de índole sexual, sin embargo esto no tiene porque ser necesariamente así. Podemos disfrutar de nuestro cuerpo y del de los demás, nos puede dar muchas satisfacciones, e incluso placer, sin necesidad de que la actividad que desarrollemos pueda ser entendida como sexual: tomar el sol, jugar, bañarnos, acariciarnos, dar y recibir masajes, etc.. Compartir nuestro cuerpo desnudo en familia o con los amigos nos hace mas humanos, mas conscientes de nuestras limitaciones, pero a la vez mas orgullosos de nuestro cuerpo.
Mostrar el cuerpo desnudo ni siquiera es condenado por la iglesia católica, por otra parte bastante restrictiva en temas sexuales, y el recientemente fallecido Juan Pablo II llegó a decir: «Puesto que Dios lo creó, el cuerpo humano puede permanecer desnudo y descubierto y mantener intactos su esplendor y su belleza”. Muchas personas practican el naturismo entendido como una forma de vida en armonía con la naturaleza, y con la intención de favorecer el respeto por uno mismo, por los demás y por el medio ambiente.»
Los psicólogos han realizado multitud de estudios en los que se demuestra que los niños expuestos a ambientes en los que se acepta la desnudez como algo natural, tienen más confianza en sí mismos, aceptan mejor su cuerpo, y desarrollan una vida sexual más sana, probablemente no solo por aceptar la desnudez propia y la de los demás, sino por que probablemente su entorno es también afectivamente mas positivo, aceptándose con mayor naturalidad ciertos hechos y comportamientos.
Los chicos y chicas acostumbrados a ver y mostrar los cuerpos en familia o entre los amigos tienen significativamente más autoestima con respecto a su cuerpo que los que se les reprime este aspecto. Normalmente se sienten más cómodos con el contacto físico y con el afecto y muestran mejor aceptación de su cuerpo como un todo, en vez de sentirse avergonzados por ciertas partes. Un incremento en la exposición a la desnudez en el seno de la familia fomenta una atmósfera de aceptación de la sexualidad y del propio cuerpo.
Luis Garrido
Médico y Sexologo